La evaluación es un
elemento indispensable en todo proceso de enseñanza aprendizaje, puesto que
solo con ella es posible identificar cual es nuestro aporte en la
adquisición de conocimiento de los estudiantes, lo que aumentaría sus
oportunidades de aprendizaje, también permite medir el propio desempeño
docente, y así hacer posible que cada día mejoremos en nuestra labor. Por lo
tanto la evaluación no debe ser vista como un proceso malévolo de
descalificación, sino como una oportunidad de enriquecimiento, de ajustes y
mejoras. Puesto que sin la evaluación se estaría trabajando a ciegas y no
sabríamos en que dirección vamos.
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